Hace poco pude ver en
televisión una película española que no conocía y que me sorprendió por los
efectos especiales, Héroes del Aire (1958, Ramón Torrado). No quiero decir que estos fuesen my numerosos o espectaculares. La película muestra simplemente los efectos
necesarios para contar la historia. En cuanto a esta mejor no hacer mucho hincapié
en el asunto, ya que se trata de una de esas películas de temática política de ensalzamiento del heroísmo
y abnegación de los militares españoles, del bando nacional, por supuesto. Aunque la acción se desarrolla en la
postguerra, tiene varios flashback sobre la contienda nacional mostrando el heroísmo
de los pilotos del bando franquista.
Dejando aparte la cansina temática propagandística, las escenas de acción están bastante bien resueltas. Teniendo en
cuenta la fecha de producción y los escasos recursos del cine español de esos años,
el uso de maquetas está bastante logrado
y los efectos pirotécnicos son suficientemente realistas.
Técnicamente es un producto correcto y adecuado al cine de
aquella apoca, con una luminosa fotografía de Ricardo Torres y una buenos
decorados de Augusto Lega. Los efectos especiales, como era habitual en la época,
están sin acreditar.
Destacan los planos de maquetas de aviones, rodados en vuelo
nocturno.
La escena del accidente está bastante bien resuelta con la explosión
final de la maqueta y el paso al consiguiente decorado a tamaños real en llamas.
Cabe destacar también unos planos de vuelo y bombardeo en
los que se uso una maqueta reproduciendo
los campos que sobrevuela el avión. Las
dimensiones de la maqueta debían ser más
bien reducidas y la explosión delata inmediatamente el insuficiente tamaño de
la miniatura.
Otro recuso bastante
utilizado en la película son los forillos pintados para los decorados
que se construyeron en los estudios
Ballesteros de Madrid. Aunque la
calidad de los fondos pintados es
bastante notable, este trabajo queda también
sin crédito.
Lo dicho, no es una
gran película y la temática, o más bien la propaganda política, resulta soporífera. Y no es que los efectos resulten de una
excelencia abrumadora, pero habida cuenta del escaso uso de efectos especiales
en el cine patrio de esos años, esta pequeña película destaca por su eficiencia
y corrección.
Desgraciadamente no hemos podido averiguar quien estuvo a cargo de los efectos especiales, aunque en
aquellos años había pocos, muy pocos técnicos españoles dedicados a esos trabajos, quizás
Antonio Molina, los hermanos Manuel y Antonio Baquero, o Pablo Pérez, que eran los más destacados de esa época.
Sabes dónde puedo ver la película? Gracias
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