sábado, 6 de abril de 2019

Gumersindo Andrés.

Recientemente me he enterado del fallecimiento del director de arte  y diseñador de vestuario Gumersindo Andrés. Hace unos años tuve la suerte de conocerle cuando preparaba  el libro  "los alquimistas del séptimo arte".  Nos recibió en su casa a Antonio Garcinuño y a mí en varias ocasiones y nos mostró sus magníficos dibujos y diseños de decorados y vestuario. 

En sus años jóvenes tuvo dos grandes maestros. Pedro Schild, del que aprendió el perfeccionismo en el dibujo y Teddy Villalba,  del que recibió una de las enseñanzas más importantes del cine español, la de sacar el máximo provecho a  recursos  limitados.  Viendo los dibujos y bocetos de Gumer para películas de bajo presupuesto se aprecia esa auto exigencia  que aprendió de Schild, que junto a su amor propio y su pasión por la profesión hacia que su trabajo en papel tuviese  el mismo nivel de calidad en una gran producción como en una película de presupuesto reducido. 
Trabajó en todo tipo de películas: dramas históricos, comedias, westerns, terror, etc... Fue colaborador habitual de directores tan dispares como Juan Piquer Simón ( Viaje al centro de la Tierra (1977), Mil gritos tiene la noche (1982),  Misterio en la isla de los monstruos (1980),  o José Luis Garci (La herida luminosa (1997), el abuelo (1998)  , you are the one (2000)  Historia de un beso (2002)
Participó en  producciones   americanas   (Cromwell (1970),  El hombre de una tierra salvaje (1971), El reportero (1975)  y coproducciones europeas,  especialmente westerns como: 2. 000 dólares por Coyote (1966), Los rebeldes de Arizona (1972) o Los locos del oro negro (1975)  

Maqueta de  una carroza  realizada por Gumersindo para la película Cromwell (1970) Partiendo de esta maqueta se construyó  una réplica a tamaño real bajo la supervisión de Gumersindo.





Así como en otras producciones nacionales de bajo presupuesto como las de José Frade ( Juana la loca de vez en cuando(1983) , El Cid Cabreador (1983) Y fue colaborador habitual en el cine de terror de los años setenta diseñando vestuario y decorados para  La noche de Walpurgis (1971) El espanto surge de la tumba (1973) o  La venganza de la momia (1975)

Diseños de Gumersindo para La venganza de la momia(1975)





Diseño de vestuario para Patty Shepard (Wandesa) en La noche de Walpurgis (1971)



A partir de mediados de los años ochenta  trabajó bastante a menudo para series de televisión como: Turno de oficio (1986-87),  Curro Jiménez. El regreso de una leyenda  (1995)  ¡Ay, señor , señor ! (1994-95) El joven Picasso(1993) o   Severo Ochoa. La conquista de un Nobel (2001)

Una maqueta corpórea que se realizó bajo la supervisión de Gumersindo para la serie Curro Jimenez. El regreso de una leyenda (1995) Ante la imposibilidad de rodar  en la localización real, se construyó el peñón de Gibraltar en miniatura y se colocó suspendido en primer término en otra playa, creando un efecto perfectamente real. 




Celebremos al menos a esos profesionales que  como Gumer Andrés se dejaron el cuerpo y el alma en un oficio al que amaron sinceramente, pero sin estridencias.  D.E.P. un gran amante del cine.

Gumersindo apareció en varias de las producciones en las que trabajó. A qui le vemos vestido de fraile con Amparo Muñoz en Las picaras (1983) y con uniforme de brigada en Madregilda (1993) junto a José Sacristán. 


Consiguió cuatro nominaciones al premio Goya como mejor diseñador de vestuario. Esperemos que la Academia se acuerde de  este gran profesional y se le haga algún tipo de homenaje. Aunque  es  probable que tristemente caiga en el endémico olvido  al que se condena a la mayoría de los profesionales del cine en este país.  Y no me refiero solo a las instituciones, sino a los medios de comunicación,  que ya sabemos que mas allá del futbol, la política y el cotilleo poco más consigue hacerse un hueco en sus apretadas agendas de actualidad.  Eso sí, la próxima trasparencia  de Cristina Pedroche  o exabrupto de Guillermo Toledo, acapararán todas las portadas, artículos, columnas de comentarios y encabezados de noticias.  Más de cien años después de que lo escribiese Machado, aún seguimos en esa España de "charanga y pandereta".