Una de las técnicas de efectos
especiales mas utilizadas en los años cuarenta y cincuenta, cuando casi todos
los decorados se construían en platós de cine y apenas se rodaba en
localizaciones reales, era la de las maquetas corpóreas para completar decorados. Hablando de interiores, generalmente de grandes salones, los decorados se solían
construir hasta una altura aproximada de tres metros. Por encima de ellos estaban las luces y focos
que iluminaban dichas estancias. Estos grandes decorados, se construían sin
techo, y si ocurría que el director quería un plano general, se necesitaba
tapar los focos que aparecían tras los decorados y el techo
del estudio. Para ello, se utilizaba muy
a menudo uno de los trucos ópticos
mas viejos del cine, la falsa perspectiva.
En este caso se
trataba de colocar un techo corpóreo construido
a escala reducida, o pintado en cristal cerca de la cámara, encajado con el decorado.
De esta forma, mirando por el visor se veía el techo en miniatura
encajado y completando el
decorado. Este truco era muy habitual y conocido por la mayoría de
los directores artístico del cine español de aquellos años. Hoy en día,
olvidado y reemplazado por los efectos digitales, pocos decoradores debe haber
que conozcan este truco y menos aún los
que lo hayan usado, a no ser que estemos hablando de los más veteranos.
Aunque la mayoría de los
decoradores de cine español en los años cuarenta usaban esta técnica,
hoy vamos a repasar algunos ejemplos de maquetas para techos de interior en películas
de uno de los más grandes directores de arte en el cine español, Enrique Alarcón.
Alarcón fue un especialista en
este tipo de efectos de falsa perspectiva. Comenzó a usarlos a principios de los años cuarenta con maquetas
corpóreas, tras haber trabajado como ayudante de Pierre Schild, un decorador
ruso-francés que introdujo en España estos efectos con maquetas para completar
decorados.
Maqueta corpórea de la parte
superior del decorado y techo interior. Diseño de Alarcón y construido por Enrique Bronchalo para
la película Huella de luz (1943) rodada en los estudios Trilla- Orfea de
Barcelona.
La comedia Deliciosamente tontos (1943)
se rodó con el mismo equipo, en los estudios Trilla-Orfea, con Alarcón diseñando
y Bronchalo como jefe de construcción. Se utilizaron varias maquetas corpóreas
de techos de varios decorados de interior.
Un detalle que solía utilizar Enrique Alarcón, era incluir una lámpara de araña en miniatura colgando del techo maqueta para dar más realismo al plano.
En la película de temática bíblica El
beso de Judas (1953), Enrique Alarcón trabajó con otro de los grandes de la
construcción, Francisco Asensio, y que sería su constructor habitual en la
mayoría de películas de los siguientes años. Se construyeron maquetas de techos
que completaban decorados como el del salon de Poncio Pilato.
Alarcón en el decorado mientras los escayolistas terminan de ajustar el capitel en la columna.
Pero Alarcón llevó su magistral habilidad con las maquetas a límites insospechados.
Pero Alarcón llevó su magistral habilidad con las maquetas a límites insospechados.
Creó todo un escenario en
miniatura en el que solamente una pequeña porción de suelo y fondo eran reales.
El actor caminaba en línea recta hacia la cámara y se detenía arrodillándose. Todo
cuanto se ve alrededor era una maqueta detallada perfectamente encajada.
Continuando con las películas de reconstrucción
histórica, Alarcón se enfrentó a la tarea de reconstruir el salón del trono del
Palacio Real para la película Donde vas Alfonso
XII (1958) Suelo y paredes se construyeron en los estudios CEA en Madrid.
En esta ocasión la maqueta del techo construida por Asensio, la pintó uno de sus
ayudantes, Antonio de Miguel, que era un excelente pintor de forillos y bajo la
dirección de Alarcón realizo varios trabajos de maquetas pintadas en
cristal. El resultado final de la escenografía
de la película fue tan realista que un critico escribió en su nota para prensa que el decorador jefe no debió haberse agobiado
demasiado ya que se ve claramente que lo habían rodado en el Palacio Real.
Para la continuación de dicha película
unos años después Donde vas triste de ti
(1960) de nuevo Alarcón con Francisco Asensio usaron una maqueta corpórea para
el techo de un salón de baile que Antonio de Miguel se encargó de pintar.
Un último ejemplo en la película La mujer perdida (1966) una vez más en los estudios CEA con Asensio en
la construcción y Antonio de Miguel pintando la maqueta del techo de otro gran salón.
Ejemplos de estos trucos hay muchos,especialmente en las películas de los años cuarenta y cincuenta. La técnica de las
maquetas encajadas se ha mantenido en
uso hasta hace un par de décadas. Con la
llegada de los efectos por ordenador estos trucajes han caído casi en el olvido.
Yo que soy un gran fan de esta técnica he creado un grupo de Facebook para mostrar y
compartir fotos. Por si alguien está interesado solo tiene que buscar en Facebook " Hanging and Foreground Miniatures"
que es nombre con el que se conoce a esta técnica en ingles.
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