miércoles, 10 de octubre de 2012

7º capítulo. De los años 90, hasta hoy día. La incorporación de los efectos  por ordenador.

Desde principios de los años noventa,  hasta hoy día,  ha ido apareciendo una nueva ornada de directores, que  sin renunciar a un cine de autor, artesanal y sin pretensiones de gran espectáculo al estilo Hollywood, han aportado un nuevo impulso a un cine con elementos fantásticos, de terror o ciencia ficción. Con ello se ha dado pie a la aparición de una nueva generación de técnicos de efectos especiales y a la incorporación de los efectos generados por ordenador. Con películas como: "Acción Mutante"(Alex de la iglesia, 1992), "El día de la bestia" (1995), "Airbag" (Bajo Ulloa , 1997), "Abre los ojos" (Alejandro Amenabar, 1998),  "El milagro de P tinto" (Fesser, 1998), "Nadie conoce a nadie" (Mateo Gil, 1999) , "La comunidad" (Alex de la Iglesia, 2000). ”La gran aventura de Mortadela y Filemón” ( Javier Fesser 2003) , “El capitán Alatriste”(Agustín Díaz Yanes, 2006)  El laberinto del fauno” (Guillermo del Toro, 2007) o “La herencia Valdemar” (José Luis Alemán, 2009)

 En "Acción mutante" se utilizaron gran cantidad de efectos especiales: disparos, explosiones, personajes voladores, naves espaciales e incluso un monstruo, la "mascota" de la banda de terroristas galácticos.
Emilio Ruiz colaboró con las maquetas de las naves espaciales.

El cine español sin embargo ha seguido centrado en películas de corte costumbrista, sobre todo en el género de la comedia. Las adaptaciones literarias y películas de ambientación histórica suelen dar la oportunidad  a los técnicos y artistas para recrear localizaciones que resultaría imposible rodar en la realidad. Vemos dos ejemplos de ello en "la cuidad de los prodigios" de Mario Camus y en "la hora de  los valientes" de Antonio Mercero.

En la primera se necesitaba una vista de la Barcelona de principios del siglo veinte. Para ello se encargó la construcción de una maqueta corpórea a Poli Cantero. En el segundo ejemplo se necesitaba rodar unas escenas en el interior de uno de los pasillos centrales del Museo del Padro en Madrid. Ante la imposibilidad de rodar en el museo real, se construyó el decorado falso de las paredes, y el techo se pintó en una chapa recortada. Julián Martín fue el encargado de pintar la maqueta del techo.

Nombres  clásicos del cine de fantasía y terror español  como Paul Naschy o Juan Piquer, realizan sus últimos esfuerzos en una industria cambiante en la que cada vez les cuesta más encontrar un hueco, intentando ser fieles a un estilo de cine que resulta cada vez más lejano al publico joven acostumbrado al ritmo incesante y a los efectos especiales del cine americano. Paul Naschy volvió a encarnar al hombre lobo en “Licántropo” 

 Una de las primeras películas en usar  efectos generados por ordenador  de forma notable fue "Atolladero"de Oscar Aibar (1994) película en la que los componentes de equipo de efectos de maquillaje DDT crearon una de sus primeras caracterizaciones para cine.
Con la irrupción de los efectos digitales, se crean  en España varias empresas entre las que destacan: Daiquiri ("La comunidad"), Enefecto ("Náufragos", Luna, 2002), Filmtel ("la cuidad de los prodigios", Mario Camus (1999), Esfera ("El corazón del guerrero", Daniel Monzó, 2000)
 Nave espacial creada por ordenador para "Náufragos" 2002.
 Para "El Día de la bestia" se compuso digitalmente la aparición del diablo en forma de macho cabrío.  La creación del maquillaje de la bestia fue responsabilidad de José Antonio Sánchez.  Reyes Abades se encargó de los efectos especiales La composición digital y efectos por ordenador fueron responsabilidad de Juan Tomicic.
 

Eduardo Noriega en "Abre los ojos"  rodando su caída en un estudio para luego integrar la imagen digitalmente.










Explosión de una maqueta para "Nadie conoce a nadie". La explosión se rodó en exteriores, con la maqueta  frente a una pantalla azul, la imagen se compuso digitalmente para integrarla en la cuidad de Sevilla. Los efectos especiales corrieron a cargo de EFE-X con Raúl Romanillos y Pau Costa a la cabeza.Emilio Ruiz supervisó la construción y rodaje de la maqueta.

 En estas películas y otras más, trabajan nuevos técnicos  como Raúl Romanillos, Poli Cantero, Amador Rehak  o David Martí (efectos de maquillaje) y nuevas empresas como DDT, EFE-X, Biefec o Artefacto entre otras.
Para la película de Alejandro Amenabar “Mar adentro” (2004) Se utilizaron gran cantidad de planos con pantalla croma, que mas tarde los técnicos de la empresa "El ranchito" de Félix Bergés se encargaron de  completar  digitalmente, añadiendo los fondos. En esta ultima década surgen empresas de efectos digitales como Kinema digital, Cúbica,  o Entropy studios.
Uno de los últimos grandes logros de los efectos especiales españoles ha sido con "EL laberinto del fauno" (2007) de Guillermo del Toro.
En los efectos especiales estuvo Reyes abades, en las maquetas Emilio Ruiz, y en los espectaculares maquillajes, la empresa DDT, con  David Martí y Montse Ribé a la cabeza. La película gano el Goya los mejores efectos especiales, al mejor maquillaje, dirección artística entre otros premios.
David Martí y Montse Ribe ganaron aquel año, también el Oscar al mejor maquillaje.
La productora Filmax lanza una serie de películas de terror y género fantástico en las que trabajan un gran número de los más jóvenes técnicos de efectos en todas sus categorías.  Oscar Aparicio, Pedro De Diego, Arturo Balseiro, Juan Serrano, Pablo Perona,  y David Ambit que crea los espeluznantes maquillajes de las tres películas de la serie “REC”.


 Las maquetas tradicionales han caído últimamente en desuso y salvo algunas excepciones han sido reemplazadas por efectos generados por ordenador. Solamente algunos directores artístico como Gil Parrondo ha seguido utilizando maquetas corpóreas como en “las llaves de la independencia” (Carlos Gil, 2005) o Luz de domingo ( José Luís Garci, 2007) para la que Emilio Ruiz pintó su última maqueta antes de fallecer, después de 64 años de trabajo como pintor y maquetista.
Los efectos generados por ordenador desarrollan una función clave en el cine de los últimos años como en la película “La herencia Valdemar” (José Luís Alemán, 2008, 2010), para la que la empresa Onirikal Studio creó la  criatura Lovecraftiana que aparece en la segunda entrega.

Para  Balada triste de trompeta” (Alex de la Iglesia 2010)  la empresa Imasblue creó paisajes y completó decorados tanto en localizaciones  exteriores como en plató. La muy esperada adaptación del personaje de comic del “Capitán trueno” (Antonio Hernández, 2011) se benefició de los efectos por ordenador de Imasblue,  estudio de postproducción creado por Infinia y Molinare bajo la dirección de Ferran Piquer, para recrear los ambientes medievales y completar los decorados con pinturas digitales.

Uno de los últimos logros en efectos especiales son los robots creados para la película “Eva” (Kike Mailló 2012) En esta producción tres empresas de efectos digitales se repartieron el trabajo. Entropy Studios, Fassman y Cúbica, estas dos ultimas  realizando la versión digital de los robot. Le empresa de Arturo Balseiro, Dharma estudio, se encargó de construir la versión corpórea de los robots, con animatronics y manipulados con varillas que serian borradas en postproducción.



Esta película recibió el Goya a los mejores efectos especiales.





domingo, 22 de julio de 2012

capitulo 6



6º capítulo. Las últimas décadas. De los años 80, hasta hoy día. (1º parte)



Aunque las ventajas de rodar en España, ya no son las mismas que en décadas anteriores, todavía vienen algunas grandes producciones durante los ochenta, como: "Conan" (John Millius, 1982), "El imperio del sol" (Steven Spielberg, 1986), o "Los señores del acero" (Paul Verhoeven, 1985)
Maquetas de Emilio Ruiz para Conan el barbaro.

Para la película Los señores del acero unieron sus fuerzas Reyes Abades y Antonio Parra, cada uno respaldado por su equipo propio. Carlos Paradela y Miguel Sesé, estuvieron a cargo de los efectos de maquillaje y caracterización.
A finales de  la década de los ochenta y principios de los noventa comienzan a surgir una nueva generación de técnicos y artistas que poco a poco irán encontrando su camino hasta convertirse en  creadores de la mayoría de los efectos  en las películas que vemos hoy en día. Junto a ellos los veteranos que comenzaron en los años  cincuenta y sesenta van jubilándose y abandonando  el oficio, aunque algunos de ellos se resisten y continúan trabajando siempre que les llaman.

En cuanto a la producción nacional, se acometen algunos proyectos ambiciosos como: "El caballero del dragón" (Fernando Colomo, 1985) o "El dorado"(Carlos Saura, 1988) en los que se han de crear naves extraterrestres y recrear antiguas embarcaciones del siglo XVI.
"El caballero del dragón" con efectos de Reyes Abades, maquetas de Julián Martín y efectos  ópticos de Oscar Núñez y Chuck Cominsky.  Para el diseño de la nave espacial y el traje que vestía Miguel Bose se contó con la colaboración de  David Nadal, Alfonso Azpiri y Juan Jiménez.
 Reyes Abades (a la izquierda) con la maqueta de la nave extraterrestre., construida por el escultor y maquetista Vicente Jesús.
Tras el auge de finales de los 60 y principios de los 70, el cine de género fantástico y de terror,  reduce su producción drásticamente.  Los esquemas de producción cambian y se impone   la política de subvenciones, que significan un gran varapalo al cine de género fantástico.  Se potencia sin embargo un cine de  denuncia en el que se muestran las desigualdades sociales y  las injusticias del presenta y sobre todo las del régimen anterior.  El cine se convierte en un arma política con el que ajustar cuentas y, libre de la censura del franquismo, dar a conocer  las historias que antes no se podían contar. 
Una nueva generación de directores, guionistas y productores, que ya comenzaron en los setenta a crear un cine  libre de ataduras,  desarrollan completamente sus facultades, durante estos años gracias a una política de subvenciones que por otra parte perjudica enormemente al cine de género fantástico, de acción o de terror, que no busca otra cosa más que entretener.
 Durante estos años  y gracias  Pilar Miró se potencia  desde la Televisión española, la creación de series de televisión  basadas  generalmente en grandes éxitos literarios. Contando con presupuestos  adecuados se consiguen series de gran calidad artística que darán trabajo  y la oportunidad de lucirse, a muchos  técnicos  y artesanos españoles.
Películas de directores ya conocidos, como "Los santos inocentes" (Mario Camus, 1984), "El lute" (Vicente Aranda, 1987), "La vaquilla" (Luís García Berlanga, 1985), "Remando al viento" (Gonzalo Suárez, 1988) o la aparición de nuevos realizadores que se consolidaron durante esta década como Fernando Colomo (la vida alegre, 1986), Fernando Trueba (Sé infiel y no mires con quien (1985) o Pedro Almodóvar (Mujeres al borde de un ataque de nervios, 1988)
En estas películas los efectos especiales,  no suelen destacar por su espectacularidad, mas bien  buscan generalmente el realismo.  En la mayoría de los casos se trata de efectos que resultan casi invisibles, y que en muchos casos entrañan una gran dificultad.  El taller de Antonio Molina sigue adelante en manos de su hijo Juan Ramón, mientras que Reyes Abades se consolida con fuerza. Los veteranos como Basilio Cortijo aún tienen tiempo para dar muestras de su solvencia, así como los componentes de la cooperativa Cinefec  (Antonio Bueno (Puchini), Antonio Parra, José Antonio Balandín, etc.) y otros profesionales que trabajan por libre como Pablo Pérez, Fernando Pérez Escurra, Manuel Gómez, Tomas Urban etc.


Para "Santa Teresa de Jesús", serie producida por televisión española
Julián Martín Benito, Pintor y maquetista, estuvo a cargo de su construcción.
El ejemplo  perfecto para mostrar su trabajo dentro de la cinematografía española es la maqueta que pintó para "Los Santos inocentes" de Mario Camus. Una película de corte  naturalista, dramática y realista en la que los efectos especiales deben ser absolutamente invisibles. Reyes Abades se encargó de los efectos mecánicos y atmosféricos, disparos, niebla, lluvia, fuego etc. y Julián completó con una pintura en chapa la parte superior de un cortijo real. Julián Martín "julianin" comenzó a trabajar con Francisco Prosper a finales de los años 50 y rápidamente aprendió el oficio de pintor trabajando entre otras en las películas de Samuel Bronston.  Bajo las ordenes de Francisco Prosper y Francisco Asensio trabajando para directores de arte como Gil Parrondo o Enrique Alarcón. 


Julián Martín y Reyes Abades trabajaron juntos unos años después para recrear la tragedia del bombardeo de Guernica en la película de 1987 "a los cuatro vientos" que estuvo nominada al Goya a los efectos especiales.

En la película de  Manuel Gutiérrez Aragón "Feroz" (1984) uno de los personajes protagonistas era un oso. Parte de la película se rodó usando un oso real amaestrado, pero para algunos planos, se requería un oso falso. Para ello se construyó un traje, que incorporaba  un mecanismo para mover la boca y los ojos de forma realista.  De ello se encargaron  José Antonio Sánchez y José Quetglas.

Para probar la veracidad del truco, antes de rodaje, los técnicos de efectos sacaron a la calle el oso falso con un especialista dentro. Al ver la reacción de pánico de los transeúntes, se dieron cuanta de que  habían hecho un buen trabajo.

Aparte del cine de corte reivindicativo y social, la comedia fue el género protagonista en esta década.   Para la película de Pedro Almodóvar “Que he hecho yo para merecer esto” 1984) Francisco Prosper se encargo de los efectos especiales en loa que una niña con poderes telequineticos ayuda a carmen maura a quitar los muebles de la cocina y empapelarla. Los objetos vuelan suspendidos por hilos operados desde la parte superior de los decorados.

 Para la comedia "La Biblia en pasta" de Manuel Summers, 1984  se necesitaron  efectos especiales de todo tipo como maquetas, incendios, inundaciones, etc. Basilio Cortijo y Francisco Prosper unieron sus fuerzas para crear los efectos de esta disparatada comedia. En ella se recrearon algunos de los más famosos pasajes del antiguo testamento siempre en clave de comedia. La Torre de babel, El arca de Noe, etc. Maqueta e incendio de la torre de babel.
Del  taller de Antonio Molina, surgen trabajos tan emblemáticos como la espectacular explosión de “El crack” (1981) de José Luís Garci, en la que recrea perfectamente la detonación de una bomba en un coche, frente a la cabina de teléfono donde está Alfredo Landa, mientras la honda expansiva pulveriza el cristal de la cabina.  Aunque sus trabajos más espectacular
Probablemente serán los efectos de la dos películas de “El lute” (1987 y 88) de Vicente Aranda. Explosión en secuencia de “El crack”.


Sin embargo en los años 80 todavía algunos directores consiguen  mantenerse en el cine de género, dando pie a que puedan desarrollar su trabajo algunos de los mejores técnicos de efectos del país, y sobre todo, en el campo de los efectos de maquillaje.  Trabajando a contracorriente directores como Juan Piquer,  Paul Naschy José Maria Larraz o Amando de Ossorio, consiguen poner en marcha sus proyectos con sureste desigual.

El director que con más continuidad se acerca a este cine de género es el valenciano  Juan Piquer Simón, que tras el éxito de sus primeras películas a finales de los setenta, continúa su filmografía con títulos como:   "Misterio en la isla de los monstruos"( 1980), "Mil gritos tiene la noche" (1982), "Los nuevos extraterrestres"(1983), "Slugs" (1989) y "La grieta" (1990).
En la foto Gonzalo Gonzalo trabajando en la maqueta del barco de "Krakatoa", del que solo quedaba el casco y tuvo que restaurarlo y adaptarlo a la película "Misterio en la isla de los Monstruos"(1980).  


Tras más de diez años de trabajo en publicidad, Gonzalo Gonzalo se pasó al mundo del cine  como ayudante de decoración, trabajando en diversas películas y series de televisión. Colaboró con Juan Piquer en sus primeros largometrajes de aventuras y terror, trabajando como ayudante de decoración y maquetista a las ordenes de Francisco prosper y Emilio Ruiz, y finalmente como director de arte.

Junto a la experiencia de veteranos como Francisco Prosper y Emilio Ruiz, Juan Piquer se benefició del buen oficio de algunos de los mejores directores de fotografía españoles como Andrés Berenger y Juan Mariné.
Juan Piquer con unas maquetas durante el rodaje de "Slugs"(1988). Por la que Basilio Cortijo, Carlo de Marchis y Gonzalo Gonzalo ganaron el Goya a los efectos especiales.


Para el rodaje de "La grieta" (1989), de nuevo el equipo de FX lo compusieron  Basilio Cortijo y Carlo de Marchis, esta vez con Emilio Ruiz y la incorporación del ingles afincado en España Colin Arthur a cargo de los monstruos y efectos de maquillaje. El director de arte Gonzalo Gonzalo estuvo a cargo del diseño de las criaturas mutantes y del submarino.
Juan Piquer con uno de los muñecos que hizo Colin Arthur sobre el diseño de Gonzalo Gonzalo. Esta película obtuvo un merecido Goya a los efectos especiales en el año 1989.

Jacinto Molina “Paul Naschy”  consigue poner en pie algunos proyectos interesantes aunque mucho menos numerosos que en la década anterior.  Su personaje habitual del hombre lobo, Valdemar Daninsky vuelve en  El retorno del hombre lobo (1981) y  viaje a Japón con la coproducción  La bestia y la espada mágica, (1983) Salvador Sainz junto al maquillaje de Hombre lobo realizado por Fernando Florido  para La bestia y la espada mágica.
En El aullido del diablo (1987) Naschy interpreta a varios personajes clásicos del cine de terror como el monstruo de Frankenstein, Mister Hyde, Quasimodo, el fantasma de la Opera y por supuesto el hombre lobo. Todos ellos creaciones del  veterano maquillador Fernando Florido.

Amando de Osorio, otro director de películas de género de terror y acción, dirigió su última película en 1985. "Serpiente de Mar". Los efectos especiales eran de Tomas Urban y Francisco San José, con el trabajo de maquetas supervisado por el director de arte José Luís Galicia.
Para crear la serpiente de mar, se construyó una en miniatura para rodar con las maquetas de un puente, un faro y un embarcadero. Y parte del cuello y la cabeza del monstruo se reprodujeron  a tamaño natural para los primeros planos.
En la foto de la izquierda vemos a la serpiente en miniatura enroscada a una maqueta de un puente en el mar, provocando que el tren descarrile y caiga al agua.


Este tipo de películas, las llamadas "de monstruos", para que resulten convincentes necesitan de unos efectos especiales muy cuidados, lo que requiere un presupuesto adecuado. Curiosamente en nuestro país se han hecho y se siguen haciendo películas de género fantástico con presupuestos muy insuficientes. Como es el caso se "Serpiente de mar".  Sin embargo ahí queda el valor de los que aún con poco dinero, intentan sacar adelante proyectos complicados.

Otras películas de género fantástico y de terror con interesantes efectos fueron:  "Leviatán, monster dog (1984) de Claudio Fragasso, "Descanse en piezas "(1987) o "al filo del hacha"(1986) de José Antonio Larraz, la parodia del cine de terror "aquí huele a muerto"(1989) con el popular dúo de humoristas Martes y Trece, dirigida por Álvaro Sáenz de Heredia, o "Angustia"(1987) de Bigas Luna, con la que Francisco Teres ganó el primer Goya a los efectos especiales concedido por la academia de cine.

En los años noventa, aparece una nueva generación de directores que aún con presupuestos moderados, entran a saco en géneros casi olvidados en los que las escenas de acción tienen tanta importancia como las de diálogos; como la comedia fantástica, el terror,  incluso
la ciencia ficción. En el siguiente capitulo se hará un repaso a estas ultimas producciones.

domingo, 24 de junio de 2012

Los restos del naufragio 1º




 
Restos del naufragio (1)

 Después de subir el capitulo 5,  he pensado que sería interesante mostrar algunas imágenes de pequeñas reliquias que hemos ido encontrando en nuestra investigación sobre la historia de los efectos especiales.

La primera de todas es uno de los cráneos originales de las películas de templarios de Amando De Ossorio. Esta cabeza con dos brazos en látex, fueron cedidas por Ossorio a Antonio hace ya bastantes años cuando este tenía aún su despacho en Madrid. Sacó de unas viejas cajas algunos recuerdos y artefactos de sus películas entre los que estaba también una muy deteriorada cabeza en miniatura del monstruo marino de “Serpiente de Mar” (1984) Al haber sido usada en rodaje con agua, el látex se había podrido y estaba casi irreconocible. Sin embargo las garras y cabeza de templarios están aun en muy buenas condiciones, y  fueron expuestas el año pasado en la exposición “La serie B en el cine español” en  Zaragoza, comisariada por José Luís Anchelerges.
 
 
 Por cierto una curiosidad sobre estas piezas.  El terror de los templarios de Ossorio  salió hace unos años de nuestro planeta y llegó a Marte.  Cuando el productor José Magan me pidió una veintena de momias de extraterrestres para la película Náufragos (Stranded, 2001) Dado las restricciones de presupuesto le hicimos un molde a los brazos de los templarios y sacamos reproducciones para completar el cuerpo y cabeza que modelé en barro. Con lo cual, los marcianos momificados que aparecen al final de la película tienen los antebrazos de los templarios zombis de Ossorio.   Claro está que Antonio y yo nos quedamos con una de las momias que aún tenemos por ahí.
Momias marcianas en el decorado del túnel y la superviviente.
 
 
 El submarino y la nave espacial de Supersonic man (1978) Nos fueron cedido por Juan Piquer en su oficina de Madrid, en unas de las numerosas visitas que le hicimos. Tenía allí varias maquetas y quería deshacerse de ellas tirándolas a la basura ya que le ocupaban espacio. Antonio y yo rápidamente nos ofrecimos a guardarlas y restaurarlas y Juan nos las regaló con algunos otros recuerdos. También esta maqueta ha sido expuesta en varias ocasiones; la mencionada de Zaragoza, y dos más dedicadas al maquetista Emilio Ruiz, una en Madrid y otra en Valladolid.
Algunas de estas fotos las he tomado de las muchas que hizo David García en la exposición para su blog Monster World, donde podéis encontrar muchas más.


 
 

 
Cuando hace poco fuimos a entrevistar a Antoñita,   la viuda del maquillador Julián Ruiz,  una encantadora y magnifica profesional de la caracterización y peluquería, nos quedamos asombrados al ver como sacaba de una caja de zapatos  los restos, en muy buen estado, de las prótesis de los ojos para la película “Pánico en el transiberiano”. Sacamos una buena serie de fotos, de las que hemos seleccionado las dos mejores para el libro y otras para mostrar en este blog. También le hemos mandado algunas imágenes a nuestro amigo David García creador del fanzine Monster World, donde ha colocado las imágenes.
 

Más adelante os iremos mostrando otros objetos, dibujos y artefactos que han ido salvándose de los rodajes y con los que, quien sabe, quizás algún día se pueda mostrar una espectacular exposición dedicada a los efectos especiales en el cine español.