sábado, 25 de octubre de 2014

Forillistas del cine español.


Uno de los trabajos artesanos  de nuestro cine que han ido desapareciendo en las últimas décadas ha sido el de pintor de forillos.   Ya desde los ochenta y noventa, los forillos fotográficos fueron ganando terreno  a los pintados, hasta la actualidad. Hoy en día apenas se utilizan los forillos pintados, habiendo sido  desplazados por las ampliaciones fotográficas.  Por si alguien se pregunta que es eso de los forillos, la respuesta es muy sencilla, son  las vistas que se ven de fondo en decorados creados en el interior de los platós.  Generalmente son fondos pintados de paisajes  urbanos o campestres. Cuando un actor abre la puerta de una casa de campo y el decorado se ha construido en un plató se solía recurrir a un forillo pintado del paisaje que debía verse de fondo.

Don Quintín el amargao (1935)

También se pintaban fondos en grandes decorados creados en los estudios de cine, para crear profundidad en escenas urbanas o paisajes campestres.

Fortunato (1941)

Desde el cine mudo esta técnica se ha usado en todas las cinematografías. En España hemos tenido grandes profesionales y excelentes pintores de forillos.  Por desgracia, es una artesanía que ha ido  cayendo en desuso y prácticamente apenas quedan ya pintores de forillos en activo.

Ella, él y sus millones (1944)

La tradición de los forillos de cine viene de los telones pintados de teatro.  Es de suponer que los primeros forillistas debían ser pintores y escenográfos teatrales. Con el tiempo en la industria del cine español se fueron creando los oficios y departamentos en los que artistas y técnicos fueron desarrollando sus carreras.

Las inquietudes de Shanti Andia (1946)

Uno de los primeros forillistas conocidos fue el pintor Enrique Salvá que con los años llegó a ser director de arte. Con el aprendió el oficio  un jovencísimo Emilio Ruiz del río  que se convirtió en su ayudante en el año 1942.
Alba de America (1951)

Emilio Ruiz trabajó como forillista sobre todo en la década de los 40 y 50 y 60, pintando cientos de paisajes para películas españolas y extranjeras rodadas en nuestro país.
S.O.S. Abuelita (1959)
Villa cabalga (1968)

Otro excelente pintor forillista que llegó  a ser director de arte fue Antonio de Miguel, que durante la década de los cincuenta y sesenta trabajó como ayudante del director artístico Enrique Alarcón.
También en los años sesenta Julián Martín se convirtió en uno de los forillistas más destacados de nuestro cine.

La violetera (1958)

La casta Susana 19863)

Ya a mediados de los sesenta y sobre todo en los setenta, el uso de forillos fue disminuyendo progresivamente. Los rodajes en plató  eran cada vez mas escasos dando paso a las localizaciones reales. En las últimas décadas son pocas las ocasiones en las que podemos ver forillos pintados en cine o televisión.


Por suerte en el teatro aun se usan y existen varios talleres de pinturas de telones y forillos.