miércoles, 25 de marzo de 2015

Antonio Bueno Puchini

Hoy toca subir unas fotos del veterano técnico de FX Antonio Bueno, conocido en el medio como “Puchini”.  En la foto con nuestro libro, para el que nos cedió gentilmente varias fotos de su álbum personal y nos contó  historias y anécdotas de sus trabajos en cine y televisión.

La filmografía de Puchini es una de esas, habituales en los técnicos de antes, que casi pasa desapercibida, ya que entonces no  aparecían los nombres de los técnicos en los títulos de crédito. Durante  casi tres décadas estuvo trabajando sin que su labor se reflejase en los títulos de las películas.  En aquellos años solían  aparecer solo los nombres de los jefes de cada equipo. Puchini comenzó en los años cincuenta, y trabajó en  casi toda las películas americanas e inglesas rodadas  aquí, bajo las órdenes de  grandes maestros como Alex Weldon, Bill Warrington y otros.  En los sesenta entró a formar parte del equipo que creó Manuel Baquero y en los años setenta, cuando este se retiró, fue uno de los fundadores de la cooperativa CINEFEC.   De nuevo su trabajo  y el de los otros miembros del equipo, quedaba  sin acreditación personal apareciendo en los títulos el nombre de la empresa.  Puchini, Antonio Bueno, aunque apenas aparece su nombre en ninguna película, tiene una extensa filmografía de alrededor de doscientas películas, nacionales y extranjeras.

En una de sus primeras películas americanas, Salomón y La reina de Saba (1959) Puchini,  trabajó en el departamento de efectos especiales, pero  también  hizo de caballista  cuando era necesario. 

Puchini ejerciendo otra de sus habilidades, dispar un arma apoyándose en la furgoneta de Manuel Baquero junto a la de Kit West, durante un rodaje en Almería.


A mediados de los  años sesenta, Antonio Bueno trabajó  en televisión española para la serie Historias para no dormir. En la foto preparando un truco bajo la mirada de Chicho Ibáñez serrador


Los parajes desérticos de Almería igual albergaban rodajes de películas del oeste,  de romanos, bélicas e incluso alguna de ciencia ficción. En la foto, Bueno preparando cables para  efectos pirotécnicos en la película Mission Stardust (1967)




En un momento de la preparación de los efectos de la película El cóndor (1970) para la que se construyeron unos enormes decorados de una fortaleza llamada el cóndor, que subsistió en Almería hasta los años noventa. Hoy en día apenas quedan unas ruinas.



Puchini con camisa de cuadros, observa la escultura de Kali que construyeron en el taller de Cinefec para la película El viaje fantástico de Simbad (1974)



Puchini a la derecha, con Manolo Gómez (centro) y José Antonio Balandin (izquierda) en Almería con uno de los ventiladores de Cinefec.



Durante la década de los ochenta el taller Cinefec trabajó en películas españolas y también  grandes producciones extranjeras como Conan (1982), Solarbabies (1985), o El Imperio del sol (1986)
 El equipo de Cinefec  se encargó entre otras cosas de crear los vehículos futuristas de Solarbabies para lo que se necesitó un numeroso grupo de soldadores.


En El imperio del sol, Cinefec, bajo la supervisión el británico Kit West se encargó de parte de los efectos mecánicos, atmosféricos y pirotécnicos  del la numerosas escenas rodadas en España.  Los ventiladores de Cinefec en los decorados construidos en Trebujena, Cádiz.


Fotos cedidas por Antonio Bueno para el libro Los alquimistas del 7º arte. Si alguien quiere usar estas imágenes por favor mencione  el nombre de  su propietario y el origen. 




miércoles, 11 de marzo de 2015

Basilio Cortijo

Basilio comenzó su carrera a mediados de los años cincuenta trabajando en el departamento de arte como pintor.  Cuando empezaron a llegar las producciones extranjeras, Basilio se pasó al departamento de efectos especiales donde fue ganando experiencia, hasta que en los años sesenta se convirtió en ayudante del maestro de efectos americano Alex Weldon, con el que trabajó durante mas de veinte años en numerosas películas rodadas en España y en el extranjero.

Basilio  se sintió mas atraído por el trabajos de efectos especiales que por su hasta entonces labores de pintor de decorados y forillos.  Trabajó en películas como   Orgullo y pasión (1957) o Salomón y la reina de Saba (1956) En la foto un jovencísimo Basilio con Carlos Larrañaga en el rodaje de Orgullo y Pasión.


Basilio con Weldon en los años sesenta cuando este vino a supervisar los efectos de las películas producidas por Samuel Bronston. 

Bajo la tutela de Alex Weldon trabajaron la mayoría de los técnicos españoles que comenzaban en aquellos años. Principalmente fueron Pablo Pérez, los hermanos Manolo y Antonio Baquero y Antonio Molina. Basilio,  compartió años de aprendizaje con muchos otros de su generación como Antonio parra,  Antonio Bueno “Puchini”, Fernando Pérez o José Antonio Balandín.

Basilio con una de las espadas que usaba Charlton Heston en el rodaje de El Cid (1961)



Basilio en la maqueta de un  pueblo costero de Indonesia, en la película Krakatoa (1969) que estuvo nominada a los mejores efectos especiales aquel año.


Basilio se quedó trabajando durante años con Weldon no solo en películas rodadas en España como La batalla de las Ardenas (1965), o Patton (1970) sino también  se lo llevó por todo el mundo como ayudante. Trabajando en películas como El día más largo (1962),  Papillon (1973)
Basilio  subido a la Orca  se resina de poliéster construida por el equipo de Weldon para Orca la ballena asesina (1978)



Junto a Peter Cushing durante el rodaje de Misterio en la isla de los monstruos (1981) primera colaboración de Basilio con Juan Piquer, con el que repitió en varias ocasiones, incluidos dos películas con las que ganó el Goya a los mejores efectos especiales, Slugs (1988), y La grieta (1990)



Basilio preparando los hilos que sujetaban los tentáculos y cabeza de una de las criaturas de la película La grieta.  

Para dar vida a este monstruo, se necesitaban más de una docena de personas, tirando de hilos de nylon que movían los tentáculos de la criatura colocada en una maqueta en primer termino. Mientras los actores,  situados al fondo del decorado, simulaban disparar al monstruo que en pantalla aparece gigante encima de ellos.  Para crear este truco de perspectiva Piquer contó con la experiencia  y colaboración de dos veteranos como  Francisco Prosper y Emilio Ruiz.

Basilio Cortijo, se retiró de los efectos especiales a finales de los años 90, dedicándose entre otras cosas a una de sus primeras aficiones, la pintura.  Desde aquí le damos las gracias por compartir con nosotros sus  experiencias, y dejarnos contar algunas de sus aventuras fílmicas.